Hoy tuvimos una mañana diferente. Nos levantamos a las 7am y nos pusimos a pintar la pared de la parte de afuera de la casa que ya habíamos empezado a pintar hace unos días. Ian me ayudo a pintar, claro eso conlleva todas las consecuencias que puede tener a un niño de 3 años pintando... pintura en el piso; brochazos en paredes que no tenían el color azul que estaba pintando; embarre en las chancletas, la camisa, el cuello y la cabeza y claro la pared choreando el color azul como si fueran lagrimas de la pared por no pintarla bien. Claro la pared nunca se pudo quejar o decir que esas lagrimas eran por que no se estaba pintando con alegría, entusiasmo y orgullo, por que Ian cada vez que terminaba un espacio, me decía: Mamá, mira que lindo esta quedando!!! Luego de terminar la pared, le eche a Ian agua, jajaja!! Fue de lo más divertido, jamás Ian había jugado de esta manera. Le encanto tanto que me decía: Mamá, nosotros somos graciosos... QUE DIVERTIDO!!!! Te amo, Mamá!